El conejo siempre ha sido símbolo de fertilidad asociado a la diosa Eastre u Ostara, es el nombre de la diosa de la primavera en la religión antigua de los Anglo-Sajones, por lo que cada primavera se celebraba un festival en su honor.
El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios, quienes regalaban en ocasiones especiales huevos decorados por ellos mismos. Las pinturas con las que decoraban los huevos las sacaban de las plantas y el mejor huevo era el que estuviera mejor pintado.
Cuando Jesús resucito, los primeros cristianos fijaron una época del año que fue la Cuaresma, en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma. Unos de los sacrificios era no comer huevo durante estos días. Entonces el día de Pascua, salían de sus casa con canastas de huevos para regalar que recordaban la resurrección de Jesús.
Uno de estos primeros cristianos, se acordó un día de Pascua, de lo que hacían los egipcios y se le ocurrió pintar los huevos que iba a regalar. A los demás cristianos les encantó la idea y la imitaron. Desde entonces, se regalan huevos de colores en Pascua para recordar que Jesús resucitó.
Espero que os gusten y os animéis pronto a probarlos
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